Un grupo de científicos, con participación española, ha desarrollado una red de observación, con la utilización de barcos comerciales, para precisar la cantidad de dióxido de carbono (CO2) absorbida por el océano, que captura y almacena gran parte de este gas, aunque su capacidad, han advertido, es limitada.
Los resultados y el desarrollo de este nuevo método de medición, publicados en la revista 'Science', servirán para identificar las principales regiones que actúan como sumideros de carbono y revelan que la cantidad de CO2 varía cada año y es sensible a los cambios del clima en la región.
El método permite medir de forma precisa la cantidad de carbono natural y antropogénico -el producido por el hombre- que pasa de la atmósfera al océano, lo que es importante para saber qué medidas se deben tomar para paliar el incremento de CO2 en la atmósfera.
El océano captura y almacena gran parte del dióxido de carbono generado por la actividad humana, mitigando de esta manera los efectos del cambio climático. Sin embargo, la capacidad no es ilimitada y hasta el momento no era posible estimarla con precisión.
Mediante campañas oceanográficas en los buques Hespérides y Las Palmas y la participación voluntaria de barcos comerciales equipados con sensores químicos, los científicos, entre ellos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Las Palmas, analizaron la cantidad de CO2 en la atmósfera y en las aguas superficiales, además de la salinidad y temperatura del agua.
Los investigadores han estudiado datos recogidos durante seis años, que se han complementado con observaciones por satélite de la temperatura superficial marina y con modelos de circulación oceánica.
"Esta gran cantidad de datos -se trata de la serie de mediciones más grande de CO2 jamás recolectada- ha permitido observar la captación de dióxido de carbono con una precisión y detalle nunca antes alcanzados", ha explicado Aída Fernández Ríos, investigadora del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC en Vigo y una de las firmantes del artículo.
El método de muestreo, junto con técnicas estadísticas para la extrapolación, permite monitorizar estas variaciones y podría usarse como sistema de alerta temprana de recrudecimiento del cambio climático.
Efecto invernadero
"Algunos científicos han alertado del descenso en la captación de CO2 por parte del océano que puede ocurrir a medida que el cambio en el clima sea más pronunciado, lo que provocará una mayor acumulación de CO2 en la atmósfera, incrementando por tanto el efecto invernadero", lo que puede intensificar el cambio climático en el Atlántico Norte, según Fernández Ríos.
Aunque la investigación se ha realizado en el Atlántico Norte el método empleado y las conclusiones son extrapolables a cualquier otra cuenca oceánica del planeta.
Según datos del grupo intergubernamental para el cambio climático (IPCC en sus siglas en inglés), los humanos emiten cada año unas 8,5 gigatoneladas de CO2 debidas al uso de combustibles fósiles y la producción cementera, y unas 1,5 gigatoneladas provocadas por cambios en el uso del territorio.
A nivel global, el océano capta de forma neta más CO2 del que emite.
Este proceso es importante porque tiene un efecto mitigador frente a los efectos del cambio climático, como el calentamiento global.
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